Wednesday, June 06, 2007

 

Emergency door

Que frío, pensé en voz alta.
Un hombre bajo, nariz colorada me miró extrañado
Es que si uno es gringo, es raro que hable castellano. Supongo...
La ciudad es agobiante, sucia, implacable.
Los Yellow Cab, pasan a tanta velocidad que es imposible tener el reflejo como para hacer una seña que sea visible para ellos.
Busco un Bar.
Pido un café, y despues cambio por "latte" o algo así, mientras con la mirada busco el baño
_Bathroom, please ?
Farfullando en un cerrado slang el bartender negro, estira la mano e indica un rincón.
_Thank you.
Tras horas de caminar en el frio, el baño era mi prioridad.
Miro las paredes escritas mientras hago lo mío, y oigo a mis espaldas el sonido de la puerta vaivén.
No me sorprenden las voces de dos personas conversando.
Al volverme, la noche me sorprende en la forma de un golpe con algo suficientemente contundente como para quitarme la conciencia.
Cuando abro los ojos, horas mas tarde, dos personas distintas a las anteriores, vestidas de blanco, me observan detenidamente, mientras conversan sobre temas intrascendentes entre ellos.
Aturdido, me cuesta entender el inglés.
Afortunadamente uno de ellos, la mujer, entendía y hablaba algo castellano. Dijo ser Portorriqueña, pero en realidad, ya era segunda generacion yanki.
_Seguro, ...
_ No... turista.
_ mmm. troubles...

continuara....
(invito a quien entre si entra alguien a seguir la trama.)

Thursday, November 24, 2005

 

Al Fondo Siga La Flecha

Siga la Flecha----->
decía el cartel. La flecha roja, estaba quieta, inmóvil. Imposible seguirla, pensé, creyendo que era una humorada muy apropiada para la oportunidad. El humo se hacía más y más intenso. Comencé a correr en la dirección de la flecha.
Una puerta de metal con una gran manija, era lo que había al final del pasillo. Con un desesperado manoton abri la puerta aquella, y caí de boca al suelo, húmedo y pegajoso del callejón oscuro. El aire llenó mis pulmones con violencia y acidez. Escupí algo que tenía en la boca y me seque la comisura de los labios con el puño sucio de hollin y con olor a estaño de bares. Cuando me puse de pie, me volví hacia la puerta esperando ver salir a otros, pero no. Se ve que era el único que había podido huir de aquel infierno. Empecé a correr hacia la esquina para ver que pasaba, buscando la entrada principal.
Todo estaba normal. La cola de jóvenes tratando de entrar al boliche, seguía allí. Ningún autobomba arrojaba agua hacia el edificio. Ninguna sirena se oia. No se veian uniformados terriblemente desorganizados ni ambulancia cargando cadaveres. Nada.
Volví sobre mis pasos. Manotee la puerta metalica pero lógicamente, no se abría desde afuera. Algo desorientado y desanimado, meti las manos en los bolsillos, y caminé despacio, solo por el callejón. Tal vez con la luz del día, y algunos cafés superara el hangover y podría saber que era lo que alli habia ocurrido en verdad.

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